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"La televisión ha hecho maravillas por mi cultura.
En cuanto alguien enciende la televisión, me retiro y leo un buen tebeo".

(Groucho Marx, de niño)


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viernes, 15 de marzo de 2013

Homenaje a Clive Burr, ex-batería de Iron Maiden

Ha fallecido Clive Burr, ex-batería de la mítica Iron Maiden, que nos deleitará en breve con un concierto en Barakaldo. Clive formó parte del grupo en sus comienzos y estuvo presente en sus tres primeros discos -Iron Maiden, Killers y The number of the beast. Como seguidor del grupo que soy no puedo menos que lamentar la pérdida de este maestro de las baquetas. Dejo aquí mi particular homenaje con este vídeo.  
Larga vida al Metal... Larga memoria a Clive Burr!!!!



miércoles, 6 de marzo de 2013

Gotham Luz de Gas, de Mike Mignola y Brian Augustyn

Sabido es que no soy muy dado a los cómics de superhéroes. Este es un defecto, sin duda. Pero qué le vamos a hacer. Sin embargo, de vez en cuando, me dejo cautivar por alguna historia y, la verdad, disfruto mucho. Siento especial predilección por Lobezno, lo reconozco, aunque quien mejor me cae de todos es Batman, quizá por ser un tipo normal, como cualquier hijo de vecino, que un día, harto de todo y de todos, decide plantarle cara a la vida, tapándose la suya, eso sí, para proteger su identidad. Me gusta la parte humana de los superhéroes. Quizá por eso he disfrutado tanto con Watchmen, de Alan Moore. 
Y es de una de las aventuras de Batman de lo que voy a hablar hoy. En concreto, de la realizada por Mike Mignola, con guión de Brian Augustyn: Luz de gas o, como quien dice, ¿qué pasaría si Batman se enfrentase a Jack el Destripador en una Gotham de aire victoriano?Ahí es nada. 
Lo que siempre me ha llamado la atención del trabajo de Mike Mignola es su aparente sencillez que, sin embargo, esconde una gran maestría. Este autor es capaz de crear una escena, un plano, un detalle, o lo que él quiera, mediante una economía de medios alucinante. El suyo es un trabajo silueteado que incide en los detalles únicamente cuando es preciso, centrando la mayor parte de su atención en superficies amplias que luego son coloreadas, con las que consigue el efecto deseado.
Yo conocí su trabajo a través de la adaptación al cómic de la a su vez adaptación cinematográfica de la novela Drácula, de Bram Stoker, realizada por Francis Ford Coppola, una buena película. Si leer el libro es apasionante y ver alguna de sus innumerables adaptaciones no lo es menos, adentrarse en el Drácula dibujado por Mignola es verdaderamente excitante. Incluso ofrece alguna escena no incluida en el montaje fílmico final. Mignola logra recrear con su particular estilo ese ambiente tétrico, claroscurista y romántico de la película. Y es que Mignola colaboró con el director elaborando los storyboards. El Drácula de Mignola es, junto con el de Fernando Fernández -más inspirado éste en el universo vampírico de la Hammer, con Christopher Lee de chupacuellos-, la mejor adaptación al cómic del sanguinario conde transilvano. Al menos en su sentido literario. 
Del gran personaje de Mignola, Hellboy, he leído poco, la verdad. Es esta una asignatura -una de tantas- que tengo pendiente. En particular me gustó mucho Semilla de destrucción así como alguna otra aventura del chico del averno. También me he sumergido en otros trabajos de este gran dibujante, como las aventuras de esos dos antihéroes llamados Fafhrd y el Ratonero Gris, adaptación al cómic de las peripecias de los personajes literarios creados por Fritz Leiber. Igualmente, he tenido acceso a la interesante miniserie Mundo de Krypton, en la que se narran los orígenes del planeta natal de Superman. Vaya, otro superhéroe por aquí.
Pero volvamos con Luz de Gas. La presencia de Batman en una especie de fascinante Gotham victoriana resulta tentadora desde el primer momento. Hay que imaginarse la impresión que podría causar a un hombre o una mujer de finales del siglo XIX la aparición de un tipo como el Caballero Oscuro... ¡Acojonante! De hecho, pasaría por una especie de ser maligno de la noche. En este sentido resulta muy lúcida la identificación que se hace del hombre-murciélago con un vampiro o nosferatu. El guiño literario es formidable. 
No sé si el Batman de Mignola y Augustyn es o no de los mejores, pero a mí la historia me parece redonda. Desde luego, no es tan intrincada como esa joya llamada From Hell (otra vez Moore por aquí), pero en conjunto es un trabajo muy meritorio. 
El trabajo de Augustyn es muy digno al engarzar dos personalidades antagónicas como la de Batman, el héroe, y Jack el Destripador, el villano por antonomasia. Es más, en un giro argumental formidable, llega a identificar a ambos, lo que concede a la historia una enorme intensidad dramática, con un episodio de antología del cómic, como es la estancia de Bruce Wayne en una celda del asilo de Arkham, después de haber sido declarado culpable de las muertes que asolan las calles de Gotham. La viñeta en la que vemos a Bruce en su celda, vestido con el característico traje de reo a rayas es verdaderamente impactante. 
Aparte de varios guiños históricos -como el de situar a Bruce de alumno del mismísimo Siegmund Freud, durante su estancia en Europa, antes de regresar a Norteamérica-, el ejercicio de ambientación es espectacular. Y es aquí donde el tándem Mignola-Augustyn adquiere todo su brillo. Y es que ambos tienen una tarea difícil: reinventar una nueva Gotham victoriana a partir de la Gotham original. Este es uno de los grandes logros de la historia. El Gotham que sirve de escenario a esta historia es, como el propio Jack reconoce: "una fruta pasada... gorda, fétida, a punto de explotar".
Y, por otra parte, otra dificultad es la de adaptar el universo de Batman a la realidad de una ciudad de finales del siglo XIX. Así, su traje es algo diferente y, por supuesto, los medios que usa. En la inevitable persecución final, Batman no puede usa su Batmóvil, eso es lógico, pero lo sustituye por un brioso corcel negro que hará las delicias de todos al agitar la capa del murciélago en su carrera. 
No sé si será o no casualidad que Mignola realizara su trabajo para Drácula (1992) después de elaborar Luz de Gas (1989), pero advierto una relación entre ambas historias. El Londres victoriano en la que se desarrolla la pasión del conde chupasangre por la bella Mina Murray tiene un precedente en esta oscura Gotham, en la que el Caballero Oscuro persigue al Destripador.
Mignola tiene la capacidad de crear de la nada un universo como el de Hellboy, pero también la de adaptar historias y personajes preexistentes... ¡NO!, adaptar no, REINVENTARLOS, aportándoles un toque personal a través de un estilo inconfundible. Luz de gas no es otra historia de Batman. Es, en realidad, una historia del Batman reinterpretado por Mignola y Augustyn, al que éstos añaden múltiples matices ambientales, argumentales y psicológicos.
Ahí van dos páginas de la historia. Espero que os animen a leerla.