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En cuanto alguien enciende la televisión, me retiro y leo un buen tebeo".

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sábado, 20 de enero de 2018

Goodbye: un drama ilustrado de Yoshihiro Tatsumi

A veces sucede, no siempre, que a uno le da por autoinflingirse, así porque sí. Para ello no hace falta darse de cabezazos contra la pared, o machacarse los dedos con un martillo. Basta con comprarse un manga de Yoshihiro Tatsumi y ya está, puñetazo al estómago.
No sé realmente  que me llevó a adquirir Goodbye, un recopilatorio de historias de este autor editado por La Cúpula en 2004. Quizá fuera su particular grafismo, con un trazo limpio, que recuerda a los clásicos del cómic japonés de los 70. O quizá se tratase de la expresión de sus personajes, de la carga de los ambientes o simplemente de que no tenía nada mejor que hacer ese día, pero lo cierto es que una vez empiezas a leer cualquiera de sus historias, sabes que te estás sumergiendo en un mundo extraño, violento, sádico, macabro, del que difícilmente puedes escapar.
Las historias de Yoshihiro Tatsumi hablan de temas escabrosos: prostitución, asesinatos, adulterios, abortos, incestos, y hasta hay cabida para el género de terror. Quizá mucho de lo que se cuente en estos dramas ilustrados parezca ingenuo o superado a día de hoy, en una sociedad tan moderna y avanzada en la que parece que todo vale y nada nos sorprende, pero a pesar de ello, y por muy moderno que sea o se crea uno, estas historias dejan un sabor amargo. Como una especie de punzada en ese rinconcito de la sesera en la que, según parece, los seres humanos albergamos la conciencia, sea esta buena o mala.
La historia corta que da nombre al álbum, "Goodbye", centrada en María, una joven que se gana la vida prostituyéndose a soldados de las tropas de ocupación americanas, y que es chuleada por su propio padre, es un buen ejemplo de toda la negritud que encierra la obra de Tatsumi, el maestro del gekiga (drama ilusatrado), un género de manga para adultos popular en Japón que presenta las facetas más escabrosas de la condición humana.
Aparte del contenido ético o moral, debe admitirse que Tatsumi es un genio del manga y Goodbye es una lección narrativa. Cada historia te atrapa y sumerge en su particular ambiente, los dramas de los personajes captan tu atención y, lo peor de todo, hasta acabas empatizando con ellos.  Es por ello que no puedo dejar de recomendar esta obra. Ahora bien, cuando se lea, que sea en un día no depresivo, por si acaso.