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sábado, 25 de junio de 2022

Casi..., de Manu Larcenet, un relato autobiográfico sobre el sinsentido del servicio militar

Debió ser por fechas similares, aunque hace un porrón de años, cuando un oficial del Gobierno Militar firmaba un documento con mi  nombre en el que se me declaraba, por la gracia de la Patria, no apto para el servicio militar, y amén. Yo me encontraba entonces en la universidad, enfrascado en una carrera que era como una especie de experimento académico de futuro incierto, con las greñas al viento, vestido de negro como un enterrador, y mirando todo el día al suelo para no toñarme con la primera piedra. 

Por eso, en la edad del aplatanamiento, aquello de ir a servir a una patria que no hacía una mierda por ti me parecía una tomadura de pelo. Por aquel entonces la insumisión ya era un culto y la objeción de conciencia estaba a la orden del día. Yo agoté mi cupo de prórrogas y sonreí para mis adentros cuando aquel lustroso oficial me miró con desprecio tras su coraza uniformada, seguramente pensando para sus adentros que "no apto" era en mi caso sinónimo de "inútil", mientras en los pasillos repiqueteaba el taconeo de la soldadesca cuadrándose al paso de coroneles y generales. "Tome y cierre la puerta al salir", y así fue.  

Luego, en alguna conversación noctámbula y subida de grados de alcohol, me he topado con gente de todo tipo. Desde aquellos que opinan "qué bien le vendría la mili a alguno" a aquellos otros que a punto estuvieron de irse al otro barrio durante aquella experiencia. Pasado el tiempo, y eso que en algunos países como Alemania están planteándose volver al servicio obligatorio, veo aquello como una imposición totalmente prescindible, estéril y que únicamente era un rompevidas en un momento en el que, precisamente, éramos más vulnerables. ¡A tomar por saco la mili, y prau! Aunque, a decir verdad, nos dejó cosas buenas... Aquella revista mítica con las historias del puta mili del Ivá, el recuerdo paterno del relato de Jaime Martín de Las guerras silenciosas y, por encima de todo, canciones como "Ninguna bandera", de Barricada, o aquella otra de Kojón prieto y los Huajalotes... Pues eso, y al sargento, que lo tiren al pilón. 

Que a qué viene todo esto. Pues viene a que hace nada cayó en mis manos Casi..., de Manu Larcenet (Bang, 2006), una joyita en formato apaisado en la que este singular autor francés relata su experiencia en la mili. La edición original data de 1998, y él mismo explica el objeto de la publicación, una especie de redención que quería compartir: 

"quería escribir un libro sobre la mili porque, siete años después, pensaba que aún tenía cuentas pendientes. Además, quería enseñar mi victoria por encima de ellos: mostrar a esos viejos bloques de piedra que no me faltaba nada de lo que ellos me habían hecho, que todo eso estaba bien archivado en mi cabeza y que, contrariamente a lo que ellos pretendían ayer, no he olvidado nada".




Se trata, por tanto, de una catarsis que permite al autor reconciliarse con una parte de su vida, superando una especie de resquemor tatuado desde esos años en algún rinconcito de su hipotálamo. 

La obra, en ese blanco y negro entintado de manera expresiva tan alucinante en Larcenet, incluye detalles caricaturescos en una especie de autofiguración de aquellos años que se presenta como un monigote que, pese a ello, concentra el drama vivido. Porque el trauma de Larcenet no viene tanto de que le sucediera nada especialmente dramático, a diferencia de lo que les pasó a algunos compañeros, sino de la indiferencia absoluta que la maquinaria militar francesa pero también su familia mostraron ante aquel hecho que, simple y llanamente, te jodía la vida en los mejores años, aquellos que debían dedicarse antes a trabajar y disfrutar el dinero ganado que a vestirse de verde y caqui y jugar a ser proyectos de Rambo. 

Con un estilo brutalmente expresivo y claroscurista, con viñetas de un entintado impactante, y una narración tragicómica, tendente más bien a lo primero, esta obra abre cajoncitos de nuestra autobiografía y nos adentra en esos asuntos pendientes que todos tenemos con nuestros años jóvenes. Yo no tuve que servir a la Patria por ser, verbigracia, "inútil", pero alguna cosilla chunga queda por ahí aún sin resolver. A ver si a base de cómics termino por sacarla. 

Os dejo este enlace con unas páginas de la obra que rondan por la red para que las disfrutéis: 

https://issuu.com/stephane.corbinais/docs/casi/2

Bueno, disfruten de este cómic y hasta la próxima.





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