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lunes, 15 de marzo de 2021

Un tal Daneri, de Carlos Trillo y Alberto Breccia, o "esta noche no es para andar por estas calles"

Hay historias que son como una hostia, que la recibes sin intuir de dónde cae; que la encajas con la resignación de quien es apaleado y no reacciona... es más, sigues deseando que te caiga otra. Así de masoca te has levantado esa mañana. Y es que Un tal Daneri, de Carlos Trillo y Alberto Breccia es un guantazo tras otro, viñeta a viñeta, página a página, en las oscuras y silenciosas calles de la nochemadrugá del barrio de Mataderos, Buenos Aires, en la Argentina de la dictadura, donde un personaje de inspiración borgiana, de oscuro pasado y más oscuro presente, se ve inmerso en tragedias en las que no faltan ajustes de cuentas, venganzas, traiciones y algún que otro acto de cobardía. 



El relato de Trillo va al grano, sin medias tintas, a la confrontación directa y a malas caras. Y el dibujo, el arte, de Breccia da forma a ese ambiente cargado y mal ventilado, de antros y callejuelas de mala vida. Tinta y collage de aspecto sucio, borroso, abocetado, de marcadas sombras y luces, "y todo a media luz", dan la nota de un hábitat hostil y malhostiado en el que en cada vuelta de esquina o en cada encrucijada puede esperar la muerte. 



Iba a escribir más en profundidad sobre este álbum, pero me decanto por dejar escrito lo que se dice en la contraportada del mismo:

"Daneri es una suerte de detective que supo ser importante en otro tiempo y que ahora deambula por calles regadas de tristeza, desesperanza y violencia rigiéndose por su particular código moral. Testigo y cómplice de trágicos equívocos y extrañas paradojas, se ve envuelto en historias en las que destino y muerte, amor y venganza, coraje y cobardía se entrelazan, difuminando sus fronteras".

Para más señas, dejo aquí este enlace con una buena crítica (Un tal Daneri).

Estos relatos, publicados entre 1974 y 1978, son un ejemplo del mejor género negro. La edición de ECC comprende un prólogo de Álvaro Pons ("Todos los destinos en una viñeta"), ocho episodios y un cuaderno de bocetos del último de ellos, "Ojos dorados".

Cuando en apenas cuatro, cinco o seis páginas se consigue describir todo un mundo, es que se es muy grande. 

P.D. No sé por qué, pero al escribir sobre esta obra me ha sonado en la cabeza "Esta noche no es para andar por estas calles", de los míticos Barricada. Hay que joderse.