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En cuanto alguien enciende la televisión, me retiro y leo un buen tebeo".

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Iruña Sumergida (Hurrikrane) Me interesa un ejemplar

Sacamantecas (Altu y Hurrikrane) Me interesa un ejemplar

miércoles, 9 de febrero de 2022

IRUÑA REDIMIDA, de Hurrikrane: un thriller tragiparódico en las entrañas de la vieja ciudad

Por fin ha visto la luz Iruña Redimida (Tebeofilandia, 2022). Se trata de un proyecto editorial personal con el que continuo aquella historia que comencé a idear en 2013 y que publiqué en 2019 con el título Iruña Sumergida. En esta ocasión, abandono el formato pulp para desarrollar un relato más lineal en torno a una figura que me ha resultado fascinante: la inspectora Nora Viñes. Sola y ninguneada, tratará de resolver los asesinatos del Casco Viejo y el misterio que se esconde tras una canción, la de María, Tomasín, Ferminico y Rosalinda que entraron en la cueva y no salieron más. 

En esta ocasión, he contado además con una aliada de lujo, la propia Nora Viñes, que se ha encargado de hacer la portada y las portadillas, adentrándose en ellas en mi universo oscuro y siniestro, tan alejado de su luminosa personalidad. 


Portada by Nora Viñes

El trabajo consta de 144 páginas y he echado mano de un maquetador (Revista El Mono) y de una imprenta (Gráficas Alzate) profesionales y el resultado se nota. El punto de venta único es TBO, en las entrañas de la Vieja Iruña (Calle de la Merced, 28). Solo hay 100 ejemplares editados y están numerados, al precio de venta de 10 euros

Además, he contado con un epílogo de lujo, firmado por Javier Pérez de Zabalza, codirector del Salón del Cómic de Navarra, que copio a continuación con su permiso: 


TEORÍA DE LA IRUÑA HUECA 
No hagáis caso al lugar común: Pamplona no está muerta. Pamplona es una tumba. Un monumento funerario de losetas, adoquines y hormigón sobre la fosa común de la Historia. Si algo nos ha enseñado la arqueología urbana es que bajo el mundo que conocemos, las calles que transitamos, existen civilizaciones. O sus vestigios, vaya. Estratos y estratos de puntas de flecha y peronés del año catapún chispero. El subsuelo navarro está plagado de ancestros fosilizados. O fusilados. Además de garajes, bodegas, trasteros y bien de espacio que hacen buena la teoría de la Iruña Hueca.
Al margen de polémicas con el comercio local, al margen de su horrendo aspecto que le ha ganado el sobrenombre de ‘El rallador de queso’, uno de los ejercicios arquitectónicos más fascinantes de la moderna Pamplona es el mamotreto de El Corte Inglés, un auténtico rascasuelos al que se accede por el séptimo piso porque seis de sus quince plantas se encuentran bajo tierra. Un edificio en el que el ascensor es también descensor. Un búnker consumista que demuestra la rica vida subterránea de nuestra ciudad.
Galerías comerciales, discotecas, sociedades gastronómicas, salones recreativos, antrazos donde nunca ha dado la luz... A todos ellos se accede bajando una escalera. O rodando por ella. Kilómetros de túneles horadan la urbe y su comarca. La laberíntica red de galerías de Potasas, sí, o los corredores del complejo hospitalario; pero también aquellos que ayudaban a salvar la muralla tras el toque de queda para evadirse de la rigidez autoimpuesta. Cuenta la leyenda -y lo cuenta de prácticamente todos los conventos del país, pero resulta más creíble en nuestra pacata capital de provincias- que muchas congregaciones religiosas disponen de pasadizos bajo tierra que las conectan entre sí, o que desembocan en criptas donde se interrumpen furtivamente los embarazos indeseados de las feligresas. Lo más interesante ocurre siempre bajo la superficie. En el subsuelo. Y no nos referimos al club nocturno de la Plaza del Castillo, aunque también.
Hurrikrane lo sabe, claro. Él contempla todo cuanto ocurre fuera de la vista y participa del misterio desde su mismísimo alias, en el que se ampara para ofrecernos estos cómics (underground, por supuesto) que pueden leerse como ficción, pero también como verdad revelada. Él arriesga su vida para ofrecérnosla. Lo hizo en su primera entrega, y lo hace ahora en esta segunda de lo que promete ser una trilogía. Todo un monumento, que muy posiblemente sea funerario. Porque no podría resultar más desesperanzador. Acabada la lectura de este cómic, ¿qué ha cambiado en Pamplona? Vale, puede que el año que viene la comparsa sanferminera resulte un tanto decepcionante. Y no cabe duda de que las fuerzas de seguridad del Estado van a tener que convocar oposiciones, pero... ¿aparte de eso? Si ni siquiera la inspectora Viñes ha sido capaz de hacerlo con sus chanchullos e inconsciencia kamikaze no parece que nadie pueda acabar con la Mantis y sus huestes. Eso sí, nosotros, como lectores, somos más conscientes ahora del horror que se esconde bajo cada uno de los rincones emblemáticos que el autor retrata en sus viñetas.
Un skyline cimentado sobre un palimpsesto cultural en el que las canciones de Boni se apilan sobre cuentos infantiles pre-Disney y creaciones de Muro Urriza o Mariano Sinués. Todos ellos están presentes en esta saga comiquera, repleta de homenajes y guiños, para quien sepa leer entre líneas (telúricas). Aunque no es necesario para disfrutar de sus historias, y de esos finales -ya van dos- en que el paisaje urbano enloquece, la lógica desaparece y el suelo se abre a nuestros pies, obligándonos a descender como espeleólogos a las profundidades infernales de esa foz que es nuestro subconsciente colectivo. Si uno asoma a este kredozulo hecho de viñetas debe poner cuidado de no abismarse. Confesamos que al acabar su lectura recobramos la consciencia mareados y mirando nuestro reflejo en el zambullo.
Imagen que, por cierto, remite a la de aquel crío que quedó atascado en uno de los contenedores verticales que brotan por el Casco Viejo como estelas discoideas. ¿Recordáis? En su día se dijo que estaba jugando, pero, ¿no es más creíble que tratara de colarse en el territorio del Gran Gusano-Entibadora, ese al que cada día alimentamos neumáticamente con toneladas de residuos? Se dice que el muete jamás lo superó, que emergió enloquecido por los espantos que pudo atisbar en las entrañas de la ciudad y es posible que sea él quien hoy, ya adulto, los proclama a los cuatro vientos cual profeta comiquero de curioso seudónimo.
Os dejamos, que ha llamado el obispo. Por lo visto se ha quedado sin compañeros de pádel, y oportunidades como esta no se presentan todos los días.


Por mi parte, dejo aquí las primeras páginas del primer capítulo de siete que componen la obra, titulado "Preludio de txistu y tritono de violín": 

-Pág. 1-

-Pág. 2-


-Pág. 3-

Y dejo también, con su permiso, una de las portadillas interiores realizadas por Nora, la del capítulo 4, "La metáfora de la esparraguera":

Portadilla by Nora Viñes



En serio... ¡TE LO VAS A PEDER!